3. LA SOBERBIA FUENTE DE TODO PECADO.
Es lo que Dios nos hace ver en su palabra desde el capítulo 3º del Génesis. La soberbia está a la raíz del pecado original y por eso es la fuente y raíz de todos los pecados,y es por lo tanto la puerta para todo otro pecado; por eso también es el primer pecado capital.
La soberbia es fuente de muchos delitos; por eso se ora al Señor: “Guarda a tu siervo también del orgullo no sea que me domine; entonces seré irreprochable, libre de delito grave” (Sal 19, 14).
Vanidad, vanagloria, sobre autoestima, ostentación, hipocresía, jactancia, celos,violencia, rencores, prepotencia, son algunos de los vicios que engendra la soberbia.
Mientras más se tenga en el corazón es mayor fuente de pecados: los humildes pecan poco, los soberbios demasiado.
Hay una soberbia que se percibe claramente en las relaciones humanas, pero hay otra soberbia camuflada, que se expresa, cuando damos a entender que nada nos importa, que las ofensas no nos hieren, que nada queremos sino servir al Señor y a las personas, pero en realidad nos estamos exhibiendo y poniendo como modelos.
Esa soberbia tiene toda la sutileza del orgullo satánico.
El soberbio es sutil, sabe que si da la repulsiva cara tal cual es todos saldrían corriendo, por eso se camufla de mucho saber y conocer, imagina y disfraza lo que piensa; busca demostrar con razones que lo malo es bueno; se hace abanderado de los valores como la justicia para ocultar sus odios y resentimientos sociales; proclama una supuesta verdad para juzgar, despreciar y condenar a los demás; hace todo para exhibirse pensando que es el único que vale, que se sacrifica (¡Qué heroísmo!); ayuda alos demás para humillarlos.
Cuando el soberbio finge actitudes de humildad, ha llevado su soberbia al punto máximo.
4. PARADÓJICAMENTE, LA SOBERBIA ES POR NUESTRA DEBILIDAD E IGNORANCIA.
La soberbia es la expresión máxima de la debilidad de una persona y su lado más flaco. Las personas que tienen un bajo perfil buscan elevarlo con el protagonismo ridículo que les propone su misma soberbia.
La soberbia es el punto más débil y frágil que tenemos todos los seres humanos.
Hizo bien Dios en hacernos de barro: si así somos tan orgullosos, ¿qué tal si nos hubiera hecho de oro?
El soberbio es un acomplejado. Razón tenía Voltaire: “Aquel que es demasiado pequeño tiene un orgullo grande”.
El soberbio es un ignorante: no conoce adecuadamente sus capacidades, se sobre valora y puede caer en la arrogancia, la prepotencia y la presunción.
Se atribuye todo el bien a sí mismo y cierra la puerta a las bendiciones de Dios.
Es tan ciego en sí mismo el soberbio, que no acepta ninguna crítica porque piensa que lo están atacando, no lo aprecian y valoran sus supuestas e imaginarias cualidades y capacidades.
No acepta la corrección y no reconoce sus errores.
Jamás pensará que Dios se puede valer de las personas y de la Iglesia, para reprendernos y ayudarnos a ser mejores.
El soberbio, es tan irracional, que achaca a los demás sus frustraciones y cuanto no le sale bien; piensa que se merece todos los aplausos y reconocimientos y le es insoportable, como dice Jesús, no ocupar el primer puesto (Lc 14, 7-11).
El soberbio es tan estúpido, que se defiende atacando a los demás, juzgándolos, condenándolos.
Menosprecia a los demás, no reconoce sus valores y capacidades.
Por eso es muy difícil para el soberbio reconocer sus pecados y buscar el perdón de Dios,como vemos en la parábola del fariseo y del publicano (Lc 18, 9-14).
Sus únicas prioridades en la vida son él y sus cosas.
Es realidad es un ignorante porque no se da cuenta de la necedad en que vive.
Si el soberbio supiera mirarse al espejo, se despreciaría cada vez más.
Por ignorante se priva de las riquezas espirituales de los demás: pues no quiere conocerlas y valorarlas.
Se engaña así mismo creyendo verdad lo que el mismo se fabrica para estar por encima de los demás.
El soberbio es absurdo, construye mal su vida: “Ruin arquitecto es la soberbia; los cimientos pone en lo alto y las tejas en los cimientos” (Quevedo).
Todo en la soberbia se convierte en vanidad, en nada: “¿De qué nos ha servido nuestro orgullo ¿Qué nos han reportado las riquezas de que presumíamos?” (Sb 5, 8).
Del tal manera enceguece la soberbia que hace al hombre, irracional y escéptico.
Es tan poco sensato el soberbio que no se da cuenta de que por su orgullo vive metido en los peores líos con lo demás hasta convertirse en un antisocial.