San Pablo le decía a los efesios ” Den gracias a Dios por todo porque ésta es la Voluntad de Dios”
(1 Ts.5, 16-18). La oración de alabanza nace de una fe profunda que confía en que la Providencia de Dios está en todos los acontecimientos; en los buenos y en los malos.Ciertamente Dios no envía el mal; Dios permite que ciertos males se acerquen a nosotros porque tiene un plan de amor para sus hijos.Creer eso no es nada fácil. Se necesita crecimiento espiritual.
Jesús dice:
“TU, CUANDO RECES, ENTRA EN TU HABITACIÓN, CIERRA LA PUERTA, Y REZA A TU PADRE, QUE ESTÁ PRESENTE EN LO SECRETO; Y TU PADRE, QUE VE EN LO SECRETO, TE RECOMPENSARÁ”.(Mt.6, 6).
La presencia de Dios está en ti; Jesús vivo está presente en tu corazón. Háblales, pues, desde el corazón, como a un Padre, como a un amigo. Entra en Su Presencia y cierra la puerta a otros pensamientos.
Salmo 103: Modelo de alabanza
La oración de alabanza lleva a la persona a olvidarse de sí misma, de sus intereses personales, para centrar su atención en Dios mismo, para alabarlo con todo el corazón, para manifestarle su agradecimiento, su admiración por su bondad y misericordia.
El Salmo 103 es un modelo de lo que debe ser una oración de alabanza. David era un poeta magnífico. El Espíritu Santo se sirvió de él en el Salmo 103 para exponer los motivos que deben provocar la oración de alabanza, y la manera de expresarla con la mente, el corazón y el cuerpo.