Sábado, 31 de mayo de 2025
Primera Lectura
Sofonίas 3, 14-18 Canta, hija de Sión, da gritos de júbilo, Israel, gózate y regocíjate de todo corazón, Jerusalén. El Señor ha levantado su sentencia contra ti, ha expulsado a todos tus enemigos. El Señor será el rey de Israel en medio de ti y ya no temerás ningún mal. Aquel día dirán a Jerusalén: “No temas, Sión, que no desfallezcan tus manos. El Señor, tu Dios, tu poderoso salvador, está en medio de ti. Él se goza y se complace en ti; él te ama y se llenará de júbilo por tu causa, como en los días de fiesta”. Aparté de ti la desgracia y el oprobio que pesa sobre ti”. O bien: Romanos 12, 9-16 Hermanos: Que el amor de ustedes sea sincero. Aborrezcan el mal y practiquen el bien; ámense cordialmente los unos a los otros, como buenos hermanos; que cada uno estime a los otros más que a sí mismo. En el cumplimiento de su deber, no sean negligentes y mantengan un espíritu fervoroso al servicio del Señor. Que la esperanza los mantenga alegres; sean constantes en la tribulación y perseverantes en la oración. Ayuden a los hermanos en sus necesidades y esmérense en la hospitalidad. Bendigan a los que los persiguen; bendíganlos, no los maldigan. Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran. Que reine la concordia entre ustedes. No sean, pues, altivos; más bien pónganse al nivel de los humildes.
Salmo responsorial
Isaías 12, 2-3. 4bcd. 5-6 R. (6b) El Señor ha hecho maravillas con nosotros. El Señor es mi Dios y salvador, con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. Sacarán agua con gozo de la fuente de la salvación. R. R. El Señor ha hecho maravillas con nosotros. Den gracias al Señor invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas, proclamen que su nombre es sublime. R. R. El Señor ha hecho maravillas con nosotros. Alaben al Señor por sus proezas, anúncienlas a toda la tierra. Griten jubilosos, habitantes de Sión, porque el Dios de Israel ha sido grande con nosotros. R. R. El Señor ha hecho maravillas con nosotros.
Aclamación antes del Evangelio
Cfr Lucas 1, 45 R. Aleluya, aleluya. Dichosa tú, santísima Virgen María, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor. R. Aleluya.
Evangelio del Día
Lucas 1,39-56 En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”. Entonces dijo María: “Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.
Palabra de Dios
Reflexiones del Evangelio
Primera Lectura
En este pasaje, se nos recuerda la importancia de vivir en amor sincero, aborreciendo el mal y practicando el bien. Se nos insta a amarnos mutuamente de corazón, a ser diligentes en nuestro servicio al Señor y a mantener la esperanza en medio de las tribulaciones. La hospitalidad, la solidaridad y la humildad son virtudes que se resaltan. Recordemos bendecir a quienes nos persiguen, alegrarnos con los que se alegran y llorar con los que lloran. Que en nuestra comunidad reine siempre la armonía y que busquemos estar en paz con todos, sin orgullo ni altivez. Oremos por la gracia de vivir así cada día.
Salmo Responsorial
En este Salmo, se nos recuerda que el Señor es nuestro refugio, protección y salvación. Nos invita a confiar en Él sin temor, sabiendo que Él ha obrado maravillas en nuestras vidas. Debemos dar gracias, proclamar sus hazañas y alabar sus proezas a todos los pueblos. El Señor es digno de toda nuestra alabanza y reconocimiento. Que nuestra fe en su poder transformador nos llene de gozo y nos impulse a compartir con alegría las maravillas que ha hecho en nosotros. Confía en el Señor, ¡Él ha hecho maravillas contigo!
Evangelio
En la visita de María a Isabel, vemos cómo la humildad y la fe se entrelazan para dar frutos de alegría y bendición. María nos enseña a acudir con prontitud y amor a quienes necesitan de nosotros, siendo portadores de Cristo al mundo. La respuesta gozosa del niño en el vientre de Isabel nos recuerda que cuando nos encontramos con Jesús, no podemos permanecer indiferentes. Que nuestra alma glorifique al Señor en todo momento, reconociendo su grandeza y misericordia. Que como María, sepamos decir sí a la voluntad de Dios con confianza y entrega total.
Homilía Católica