San Matías
Fiesta 14 de mayo
Muéstranos, Señor, a cuál has elegido?
Siguió a Jesús «desde que este fue bautizado hasta su ascensión». Por este motivo, cuando Judas Iscariote desertó y hubo necesidad de completar el número de los doce Apóstoles, Pedro lo propuso para que se uniera al grupo apostólico y «se convirtiera en testigo de la resurrección» del Señor. (Cf. Hechos 1, 15-26)
«(Matías), después de Pascua, fue elegido en lugar del traidor. En la Iglesia de Jerusalén se presentaron dos a la comunidad, y después sus hombres fueron echados a suerte: « José, llamado Barsabás, por sobrenombre Justo, y Matías» (Hechos l, 23). De este modo «fue agregado al número de los doce apóstoles» (Hechos 1, 26).
No sabemos nada más de él, a excepción de que fue testigo de la vida pública de Jesús (Cf. Hechos 1, 21-22)siéndole fiel hasta el final.
«Sacamos de aquí una última lección: si bien en la Iglesia no faltan cristianos indignos y traidores, a cada uno de nosotros nos corresponde contrabalancear el mal que ellos realizan con nuestro testimonio limpio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador». -Benedicto XVI, 18 X 2006
Clemente de Alejandría, basándose en la tradición, afirma que San Matías fue uno de los 72 discípulos que el Señor envió a predicar durante su ministerio. Los hechos de los Apóstoles afirman que Matías acompañó al Salvador, desde el Bautismo hasta la Ascensión. Cuando San Pedro decidió proceder a la elección de un nuevo Apóstol para reemplazar a Judas, los candidatos fueron José, llamado Bernabé y Matías. Finalmente, la elección cayó sobre Matías, quien pasó a formar parte del grupo de los doce. El Espíritu Santo descendió sobre él en Pentecostés y Matías se entregó a su misión. Clemente de Alejandría afirma que se distinguió por la insistencia con que predicaba la necesidad de mortificar la carne para dominar la sensualidad. Esta lección la había aprendido del mismo Jesucristo.
Según la tradición, predicó primero en Judea y luego en otros países. Los griegos sostienen que evangelizó la Capadocia y las costas del Mar Caspio, que sufrió persecuciones de parte de los pueblos bárbaros donde misionó y obtuvo finalmente la corona del martirio en Cólquida. Los «Menaia» griegos sostienen que fue crucificado. Se dice que su cuerpo estuvo mucho tiempo en Jerusalén y que Santa Elena lo transladó a Roma
Sus reliquias están en Tréveris (Alemania), ciudad de la que es patrono.